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Detuvieron a una abogada por la sustracción de una tarjeta de crédito de una colega, y hacer compras por 331 mil pesos

En apenas media hora, una abogada sufrió una defraudación por $ 331.000 por compras en comercios de ropa y calzado capitalinos, operaciones que se hicieron con su tarjeta de crédito, la que había “perdido” en un local de venta de comidas rápidas. Tras la denuncia y la investigación, la Justicia acusó por el hecho a otra letrada del foro local y ordenó su detención.

La causa es de la fiscal, Belkis Alderete, quien acusó como presunta autora a Ruth Cabello, tras ser denunciada por la damnificada, Eliana Gabriela Paz, con residencia en el Bº Parque del Río.

La historia se habría iniciado el miércoles 21 de mayo a las 19.30. La abogada Paz se trasladó a un local de comidas rápidas ubicado en Suárez y avenida Belgrano, de acuerdo con su presentación luego refrendada en la Seccional Tercera.

Relató que en un momento, se levantó de su mesa para pagar la cuenta. Dijo que dejó en el asiento una mochila beige con $ 10.000 y diversas tarjetas de crédito. Tres minutos después, regresó a su mesa, pero no encontró la mochila. Preguntó a los empleados y nadie vio nada. Después, fue hasta su coche, y tampoco obtuvo resultados. El bolso había desaparecido como por arte de magia.

Una hora después, otra vez indagó en el personal del local. En minutos, le habrían informado a Paz que un empleado halló la mochila tirada en el piso, abierta y vacía. Entre angustiada y desconcertada, después de las 21.30, Paz comenzó a armar el rompecabezas.

Tarjeta Naranja empezó a notificarla sobre operaciones con el plástico que Paz había “perdido” dos horas antes. Así se enteró que alguien había adquirido calzados por $ 144.000 a las 21.03, siempre con base en el proceso penal en que Alderete rige sus pagos, desde la semana pasada.

La segunda notificación señaló que a las 21.22, había sido cerrada otra operación con la tarjeta por $ 87.000 en un local de primera línea. Después, a las 21.24 otra vez fue usada la tarjeta de Paz. El gasto fue esta vez de $ 80.000 en otro comercio céntrico.

Minutos después, otra vez el plástico fue empleado para una compra por $ 20.000. Es decir, en apenas media hora, con la tarjeta de Paz fueron concertadas compras a crédito por más de $ 331.000. A favor de la damnificada es que todo quedó perfectamente documentado por las cámaras de cada local.

Al día siguiente, la damnificada recorrió todos los comercios y sus responsables le proveyeron las imágenes, donde pudo identificarse a la presunta responsable de las compras, según consta en la denuncia presentada. 

Domiciliaria en puerta e indagatoria por venir

La profesional sospechosa ha sido alojada el viernes en la Alcaidía Femenina de la Zona sur, perteneciente a la Departamental Sur, según informaron fuentes de la investigación.

Al cierre, sus abogados tramitaban el arresto domiciliario, pero todo era incipiente y la decisión final era potestad de la fiscal, Belkis Alderete, confiaron los voceros cercanos al proceso.

Hay un cúmulo de trámites y pericias por concretar, además de la declaración de imputado prevista para el lunes o martes venideros. Del mismo modo, la damnificada instaba a la devolución de toda la documentación que contenía la mochila, pero también en especial también una cifra que no trascendió de dólares. Hasta anoche, al cierre de esta edición, el destino de ese dinero era todo un misterio para los unos y los otros.

Presentaciones y ansiedad entre partes

Paz realizaba anoche diversas presentaciones. Las más sustanciosas: deseaba acreditar con videos que ella no efectuó las operaciones crediticias, ya que todas habrían sido materializadas con pagos de hasta 5 o 6 cuotas.

Contrarreloj, hoy ampliaría la denuncia ante las autoridades de la Seccional Tercera. La desvelaba el desconocer el destino dado al carné de su obra social, sus documentos personales y otros bienes, se supo.

Alimentos y ropa

Como sea, el proceso recién se inicia. Enfrente, los letrados que asisten a Cabello le proveían alimentos y ropa de cama en la Alcaidía, pero resueltos en que su paso por la comisaría sea lo más fugaz posible y ahorrarle la temida exposición, enfatizaron los investigadores.