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El fiscal general sostiene que la corriente pudo haber arrastrado a las hermanitas Hecker hacia el mar

Juan Pablo Fernández, fiscal general de Bahía Blanca, aseguró que las únicas dos personas que siguen desaparecidas tras el temporal que arrasó con la ciudad bonaerense son las hermanitas Hecker, Pilar (5) y Delfina (1) y  que la principal hipótesis de lo que pudo haber ocurrido con ellas tras  desaparecer de los brazos de sus padres es que hayan sido llevadas por la corriente hacia el mar.

“Se las sigue buscando intensamente con drones, patrullajes. Es probable  que la corriente, que era muy fuerte, las haya llevado hacia el mar. Es  lo que señalaron sus padres en la declaración”, explicó el fiscal en  una entrevista con radio Rivadavia.

Según reprodujo el investigador, los padres de las nenas Andrés Hecker Noelia Haag, contaron que cuando los agarró la tormenta en el auto “el agua les llegaba al cuello y los tapaba a los padres y les arrancó a la chiquita de los brazos a la mamá”.

Por eso Fernández consideró “probable” que el agua haya arrastrado a las  nenas hacia la costa: “No es el mar abierto, es la ría. Hay que  rastrear, continuar en la búsqueda, el agua venía con mucho sedimento y dificulta aún más la búsqueda, no es que era agua limpia”.

Las nenas viajaban con sus padres rumbo a la casa de unos parientes en la localidad de Mayor Buratovich. La familia buscaba resguardarse de las tormentas pero el desastre la agarró en plena ruta 3 y el auto, conducido por Andrés Hecker quedó atrapado en el agua y fue arrastrado.

En ese  momento, el conductor de una camioneta intentó auxiliarlos, pero cuando  la familia hacía el trasbordo de un vehículo a otro, una correntada más  fuerte se los llevó a todos. La mamá fue rescatada horas después, pero aún no se sabe nada de las niñas. El chofer, Rubén Zalazar, también murió.

En  la entrevista radial, el fiscal Fernández aclaró que, al menos por los  registros de la investigación, no habría más personas desaparecidas,  nueve días después de la tormenta. 

“El resto de las personas no eran desaparecidas.  Los que llamaban al 911 eran personas preocupadas que no se podían  comunicar con sus familiares. Era lógico, se había inundado más de dos  tercios de la ciudad, que estaba sin luz. En la madrugada de ese día no  funcionaban las comunicaciones, los teléfonos se habían perdido o  mojado. No había comunicaciones. Era previsible que todos esos llamados  estuvieran con vida”, analizó y estimó en más de 200 los llamados.

También aclaró que no habría más muertos que los 16 confirmados oficialmente  horas después del desastre. “Hoy en día es muy difícil pensar que los  familiares o vecinos no estuvieran reclamando que falta fulanito de tal.  Pasaron los primeros días de confusión y a esta altura, cualquier  familiar o vecino que falta del barrio, a ver, hubieran venido a decir  que está faltando”, explicó Fernández, sobre la baja posibilidad de que  existan víctimas fatales que no sean reclamadas por absolutamente nadie.

“No puedo descartar que no haya alguna otra persona que no tengan amigos o familiares o vecinos pero no puede ser nunca el número que están hablando, eventualmente podemos encontrar alguna persona más”, agregó y se refirió al “único que faltaba”, Joel Alfredo Meza, un joven correntino, que había perdido contacto con su familia y fue detectado con vida en una casa en la calle Rosales.

Fernández  también descartó los rumores que indican que no se reparten las  donaciones que están llegando a Bahía Blanca en tren. “No tenemos  denuncias”, respondió de manera lacónica y confirmó que en los últimos  días se incrementaron en un 25% los robos en la ciudad.

“Era  esperable y lógico que eso ocurriera. Cuando hablamos de esta clase de  delitos; robos, hurtos, que son delitos de ocasión, este tipo de eventos  son ocasión propicia para que se comentan. Las casas quedan solas, los  autos arrastrados, abiertos, golpeados, no había energía eléctrica, todo  eso genera ocasiones para estas cosas”, dijo e informó que durante el  fin de semana pasado hubo 17 aprehendidos y cuatro detenidos, aunque  aclaró: “Tampoco es un pico o un desborde de robos”.